Celia Caridad Cruz Alfonso Mejor conocida como Celia Cruz, fue una cantante cubana que interpretaba son, son montuno, guaguancó, rumba, guaracha, bolero y salsa entre otros ritmos latinoamericanos. Es considerada como una de las más grandes intérpretes de la música latina del siglo XX.
Construyo su popularidad principalmente en Cuba, pero fue en la década de los 50 que cobró popularidad como vocalista de La Sonora Matancera; la revolución cubana forzó su exilio a los Estados Unidos donde se vinculó a los artistas latinos de Fania All-Stars e inició su carrera en solitario.
En sus inicios como solista, Celia Cruz estuvo acompañada con otro grande de la música, el gran percusionista Tito Puente, grabaron ocho álbumes, todas con mucho éxito, fueron años de muchos éxitos musicales y de reconocimientos a nivel mundial, su fama y su talento la hicieron merecedora de que la conocieran por todo el mundo y en cada lugar la conocían no solo por su nombre artístico sino que le imponían apodos y títulos como la Reina Rumba, y la Guarachera de Oriente, con la que quisieron distinguirla.
En 1975, participa en el documental titulado Salsa, de Leon Gast, junto a figuras como Willie Colón y la diva mexicana Dolores del Río.4
Durante los 80, Celia Cruz grabó y realizó varias giras en Latinoamérica, presentándose en múltiples conciertos y programas de televisión donde quiera que iba, cantando tanto con estrellas jóvenes como de su propia época.
En 1982 se reencontró con la Sonora Matancera, y grabó el disco Feliz Encuentro. Ese mismo año también se le rindió un homenaje en el Madison Square Garden, y la acompañaron todos aquéllos que la respaldaron en su carrera artística y también artistas invitados.
En 1984 conoce al presentador chileno Mario Kreutzberger (conocido como Don Francisco), quien la invita a actuar en su programa Sábado Gigante que animaba en Chile y años más tarde en Estados Unidos.
En 1987 en Santa Cruz de Tenerife fue reconocida por la editora del Libro Guinness de Récords como el concierto más grande al aire libre, el cual se mantiene en la actualidad. A ese mismo concierto en la Plaza de España de Santa Cruz acudieron 250.000 personas (bailando la misma canción), junto a la orquesta venezolana del maestro Luis María Frómeta («Billo»), la Billo’s Caracas Boys. Esta fue su única presentación con esta orquesta, a pesar de su vieja amistad con el maestro Billo. Viaja a Venezuela para participar por primera vez en el «Miss Venezuela», llevado a cabo en el majestuoso Teatro Municipal de Caracas.
En 1990 logra viajar a Guantánamo (Cuba), para dar un concierto. Cuando salió de esta presentación se llevó en una bolsa unos gramos de tierra de Cuba, la misma que pidió que fuera colocada en su ataúd cuando muriera.
En 1995, el 18 de marzo, recibió un gran homenaje en Venezuela donde obtuvo una estrella en el Paseo de la Fama de Caracas «Amador Bendayán», siendo su primera estrella en Suramérica y el Caribe. Fue honrada también con la Orden «Alfredo Sadel», una de las más altas condecoraciones que otorga Venezuela a un artista, homenaje organizado por la Casa del Artista. Fue un momento muy preciado para la cantante, ya que éste fue el primer país en brindarle oportunidades de grabación y apoyarle en su desarrollo artístico. En este homenaje participaron grandes amigos de Celia, tales como: Oscar D’León, La India, Simón Díaz, Gilberto Correa y su hermana Gladys Bécquer.
En 1997 acepta un nuevo reto en su carrera al protagonizar para la red televisiva mexicana Televisa, la telenovela dramática El alma no tiene color, un remake de la clásica película mexicana Angelitos Negros. Celia interpreta el papel de una mujer negra que da a luz a una hija blanca, personaje que en su momento interpretó la legendaria Rita Montaner. El 25 de octubre de ese año la ciudad de San Francisco declara oficialmente esa fecha como el Día de Celia Cruz.
En 1998 lanzó su disco Mi vida es cantar, del cual sale uno de los temas que la identificó desde entonces, La Vida es un Carnaval. Además participó en el Teletón organizado en Chile por el presentador Don Francisco, y en La Gran Noche de Raphael, en España. Viajó a Venezuela para participar en la fiesta del 40 aniversario de la orquesta venezolana «Los Melódicos», y la vida artística de su director Renato Capriles. En esa festividad compartió escenario con artistas de la talla de Oscar D’Leon y Andy Montañez, entre otros.
Otro hito destacable en su carrera ocurrió en 1999, cuando fue invitada por el tenor italiano Luciano Pavarotti para participar en Módena (Italia) en el concierto Pavarotti and Friends. También ese mismo año firmó un nuevo contrato con la empresa transnacional Sony Music para la cual realizaría sus últimas grabaciones.
En el 2000 es invitada al Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar en Chile donde se presenta con gran éxito y gracias a su simpatía y excelente calidad vocal es escogida por los periodistas que cubren el evento como la Reina del Festival de Viña del Mar. El mismo año es nominada al Grammy y lo gana por su álbum Celia and Friends, sin pensar que ese mismo año Tito Puente, fallecería mientras era intervenido quirúrgicamente.
En el 2001 gana el Grammy nuevamente por su disco «Siempre Viviré». Viaja a Venezuela para promocionar su disco «Siempre Viviré», realizando una amplia gira por todo el país sudamericano.
Vida amorosa
En 1962, Celia Cruz contrae nupcias con el primer trompetista de la orquesta, Pedro Knight , el gran amor de su vida quien estuvo a su lado hasta el último día de su vida, cabe mencionar que poco tiempo después de morir Celia, Pedro va a su encuentro, era una pareja que siempre estaban juntos y lo hacían todo junto.
En el 2002, grabó un nuevo álbum, La Negra Tiene Tumbao, en el cual Johnny Pacheco fue uno de los productores y en el que incursiona en las variantes modernas de los ritmos caribeños, influidos por el rap y el hip hop.Como lo organizaron en el año 2001, ella viajó a Venezuela para celebrar sus 55 años de vida artística, con una bella presentación en el canal 4, Venevisión. Firmó el libro de La Casa del Artista, como ya lo había hecho en el año 1991 en otro homenaje, y 25 años después lo volvió a firmar para conmemorar su 55 años en la música. Se ofreció un gran concierto en el Teatro Teresa Carreño, llamado «Celia, 55 años de música». Esa fue su última presentación en Venezuela.
El 16 de julio de 2003 falleció en su casa en Fort Lee (Nueva Jersey), a los setenta y ocho años de edad. Miles de compatriotas desfilaron ante sus restos primero en Miami y luego en Nueva York, donde recibió sepultura. También los cubanos de la isla, pese a la prohibición oficial que había pesado sobre su música durante más de cuarenta años, lamentaron la desaparición de la más grande embajadora musical de Cuba. Pocos días después de su fallecimiento fue homenajeada por sus compañeros de profesión en la gala de entrega de los Grammy latinos.