Caracas, 16 de mayo – El Caballero de la Salsa agradece con modestia las comparaciones con los pilares del género, aunque se siente profeta en su tierra.
“Auténtico” no es un título ajeno en la historia musical de Gilberto Santa Rosa. En el 2004 presentó un álbum con ese nombre y su próximo concierto en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot, también decidió llamarlo así.
Es un término que verdaderamente lo define, desde el ser humano hasta el artista. Gilberto Santa Rosa sigue siendo Gilbertito para sus coterráneos y no importa cómo lo llamen, no hay dos versiones sobre él. Sigue siendo el caballero simpático, conversador, elegante, fanático del bolero y la salsa, y cauteloso con los halagos. Agradece que se le observe como una figura pilar de la salsa, particularmente la romántica, pero no acepta que se considere entre el grupo de estelares del género, o de quienes él llama “las grandes ligas”.
“Todavía veo a estas figuras y para mí son las grandes ligas y por varias razones no me siento parte de ese grupo. Respeto eso y entiendo que hay una distancia, y cuando me pone la gente por cariño o por lo que sea, lo agradezco y me emociona, pero hago la diferencia”, advirtió. “Ojalá que después que me vaya del mundo, todavía mi música suene y sea referente para alguien, (pero) para eso falta”.
Auténtico también es el sonido, estilo y contenido con el que ha recorrido el mundo en sus más de cuatro décadas de trayectoria, consiguiendo mantenerse refrescante y vigente en su propuesta, aún con las nuevas tendencias musicales. Lograr eso sigue siendo un desafío en la etapa de madurez que experimenta, donde ya no hay prisa por hacerse notar, sino por mantener un trabajo digno, porque el compromiso con el público cada vez es mayor.
“Uno siempre está buscando una manera de hacer lo que haces de una manera refrescante y diferente, para que la gente lo disfrute y no se harte de verte ni seas predecible, a pesar de que tienes un estilo”, puntualizó.